Cuando apaguen la luz
y traigan la torta
y empiecen las voces
y los aplausos
no soplemos
no anulemos la
transmutación del
fósforo
y la lata de kerosene de
la lupa y el rayo
de sol
dos ramas
secas
en frote
la botella de vidrio
con una remera vieja
por mecha
los ruidos de
la calle que se
despierta
de su siesta
el cianuro en caso
de que nos encuentren
las aguas partidas por los
moiseses heroicos de la
Historia para
dejar de
preocuparnos
y amar la bomba
dejar de tomar
las pastillas
y tomar las armas
rehusarnos a vivir
en un departamento
sin balcón
cuando nos toque
formular
el deseo
ojalá
podamos pensar
en una toalla
embebida en alcohol una
pila de neumáticos
en la ruta
un aerosol
y un encendedor
una bengala perversa
porque si no
cuando la torta se termine
y se vayan los invitados y
levantemos el mantel para lavarlo
el detergente
el agua micelar
y el despertador
nos confiscarán
con su hechizo
cotidiano
la lucidez.