Arena

Antes
cuando creía
que el tiempo
era un puente
por el que yo podría
fácilmente
caminar
sin caerme
si tan solo
me concentrara en
mirar derecho hacia adelante
nunca hacia abajo
antes
creía también
que el futuro
era una oficina
cuatro paredes
de durlock
el zumbido
sónico
de un tubo fluorescente
una cafetera y un dispenser.
Creía incluso
en la posibilidad de un sueldo
de una casa
modesta pero
con jardín
o al menos patio
o balcón
o una ventana
desde donde
el cielo
me contara
por las noches
sus secretos.
Creía en el poder
sanador
de tomar mates
acariciar perros
lavarme la cara
ponerme el piyama
hacer regalos.
Creía en el amor
como un enduido
que recubriera mis
grietas
para que estas
dejaran de existir
o mejor
para que nunca
hubieran existido.
Ahora
que he caminado
por puentes
veo
que se tambalean
y se enroscan
sobre sí mismos
cuando intento atravesarlos.
El desencanto
tiene sabor
a factor sorpresa.
Ahora sé
que el problema no es
lo aburrido
sino lo difícil.
Ahora que
el tiempo no es más
un puente
sino arena
escurriéndose
entre mis dedos
obedeciéndole
a la gravedad
a la inercia
a la termodinámica
pero nunca a mí
que no hay fórmula
matemática
que me describa
ahora
le temo
a mi cuerpo viejo y
canceroso
por él
me persigno
con una solemnidad
semisarcástica
mientras lo mato
a puñaladas de chocolate
y cerveza
y cloruro sódico.
La menopausia
me preocupa aún
cuando sé
que este no es
un mundo
al que quiera
traer
a otro ser humano.
Ahora
no le temo
a esa oficina.
La cárcel
parece un buen lugar
para
recibir tres comidas diarias
dormir en una cama
trazar una raya
por cada día que pasa
domar así
al tiempo
fraccionándolo
dividir y conquistar
hacer abdominales
aprender oficios
y pensar en alguien
y sentir
bien abajo
de las capas
de enduido
el palpitar
indómito
de la grieta
y descubrir
que el amor
es un fármaco
de venta libre
pero no es un remedio.
Sutil distinción.
Ahora
todavía trabajo
todavía amo
todavía anhelo
pero ahora
lo que yo quiero
es ir de vacaciones
a la playa
sentarme
en una reposera
una novela policial
un pareo de colores
protector solar factor cincuenta
la proximidad de los churros
la violencia de la sal
el comportamiento errático
de la basura
bailando
con el viento
sentarme
y contemplar
y sentir
bajo mis pies descalzos
la humedad
la frescura
la textura
plácida
de la arena.

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