Aprendizajes

Sin más preámbulo, mi primer intento de escribir un poema. Acerca de tener veintitrés años y no entender todavía nada.

 

Yo nunca aprendí a soltar.
Yo aprendí a aguantarme.

Aprendí que
Soltar es rendirse
rendirse es ser débil
Débil es vulnerable
Vulnerable es sensible
Ser sensible es sentir
Y sentir es ser voluble.

Aguantar es resistir
Resistir es perseverar
Perseverar es ser tenaz
Ser tenaz es la virtud
La virtud es el deber
Y el deber es el que llama.

No aprendí esto:
Aguantar es resignarse.

Aprendí a ser un líquen masoquista.

Yo no aprendí a irme
(¿de dónde?
¿y adónde?)
No aprendí a rebelar mi corazón.

Corazón gentrificado
corazón pavimentado
corazón aburguesado
corazón superpoblado.

Corazón exasperado
corazón agitado
corazón adaptado
corazón acostumbrado.

Corazón con armazón
Armazón de desazón.

¿Qué hacer con esas miserias
que tienen un sabor
tan infinitamente sutil?
Pelar las frutas
Comer sin sal
Desperdiciar una tarde
haciendo nada más
que el ínfimo juego
de los dedos en el mouse.
Escuchar una canción hasta arruinarla.

Perder contra una imagen
y asumir, entonces,
que ella es mejor.
Porque ella se puede ir
Y si se puede ir
es porque sabe
por lo menos
dónde está.

Deja un comentario